Este miércoles fui junto a un grupo de amigos a la comuna de Andacollo, una de las seis comunas que pertenecen a la provincia del Elqui, famosa por sus fiestas religiosas en homenaje a "La virgen del Rosario de Andacollo", el viaje tuvo como fin visitar un campamento que existe allí, fuimos acompañados por el jefe del departamento social de dicha comuna y por la coordinadora del programa Chile Solidario para la gobernación del Elqui. Ellos nos habían hablado sobre sus necesidades, pero todos sabemos que no es lo mismo que te lo cuenten a verlo por nuestros propios ojos, a lo Santo Tomás.
La verdad que para muchos, incluyéndome, Andacollo empieza y termina en la plaza donde están ubicadas las basílicas y por ende donde se encuentra ubicada la Virgen, pero un par de cuadras más allá está el denominado campamento de la Quebrada del Molle, donde diariamente conviven alrededor de 40 familias cada una de ellas con aproximadamente 5 a 6 integrantes, la mayoría pequeños de entre 2 y 5 años. Para ellos no ha sido nada de fácil, sus precarias viviendas se encuentran emplazadas en dos terrenos uno de ellos es fiscal, perteneciente a bienes nacionales, en el cual llevan alrededor de 6 años tramitando los títulos de dominio para regularizar su situación, en este terreno s han hecho sus casas todas ellas de madera, son 20 familias las tienen este problema, algunos con más de 10 años viviendo allí. Y este trámite es tercera vez que lo realizan. Las otras 20 familias están en un terreno colindante al de bienes nacionales, que pertenece a un particular, el cerco que divide los terrenos atraviesa una casa. Este particular les ha ofrecido a estas familias venderles los terrenos a Mil pesos el metro cuadrado de terreno, lo cual es muy bueno para ellos teniendo en cuenta que no existen muchas fuentes laborales en Andacollo. La luz y el agua son otras complicaciones que poseen debido a que como los terrenos no son de ellos no pueden poner alambrado para la luz , ni tampoco conectar cañerías para tener agua potable, en este caso la solución que encontraron para hacerse de estos elementos cada vez más de primera necesidad radica en la solidaridad, ya que tres familias poseen agua y por medio de mangueras estas les dan agua a las demás y la cuenta que a fin de mes bordea entre los 80 y 90 mil pesos es cancelada en parte iguales por todos los usuarios. Con mucha alegría nos contaba sus dirigenta que jamás se han atrasado en el pago. Con la luz pasa exactamente lo mismo, claro que debido muchas veces a la sobre carga eléctrica han habido golpes de corriente que les han quemado los pocos electrodomésticos que poseen.
Así no más es la situación de estas familias, su día a día es luchar por una casa propia, por sacar adelante a sus hijos por mejorar su calidad de vida, por conseguir esos títulos que les han sido mezquinos por tantos años. Sus fuentes laborales no son las mejores, la mayoría está ligado a la minería, a la pequeña minería y a la cuota de suerte que esperan tener para algún día encontrar una buena veta de oro.
Es sorprendente ver como detrás de una realidad considerablemente buena, sin mayores necesidades existe una quebrada repleta de necesidades, sueños y esperanzas. Más aún esta quebrada está plagada de solidaridad, alegría y bondad.
Me gustaría cerrar con esta frase que se vino al tintero y me la hicieron. Yo respondí que si. Como no justificar sus necesidades, como no darles una mejor vida. Este es uno de mis fines romper la pobreza, este es un medio.
El fin justifica los medios. Maquiavello
Edgard Tapia, 5 de abril 2007.